miércoles, 24 de diciembre de 2008

La bondad es superada por la obediencia

El ser humano obedece ciegamente a las órdenes de hacer daño
En los años 60 del siglo pasado, el psicólogo Stanley Milgram realizó un experimento que fue bautizado como Experimento de Milgram.

Su finalidad era medir la buena voluntad de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad, incluso cuando dichas órdenes entrasen en conflicto con su conciencia personal.

La curiosidad obligó a este psicólogo a llevar a cabo un experimento, en el que los participantes creyeron que estaban probando los efectos del castigo en el aprendizaje.

El Experimento de Milgram consistió en que un voluntario debía infringir daño a otro voluntario, que en realidad era un actor compinchado con el investigador y que simulaba dolor, sin que el otro voluntario fuera consciente del engaño.

Situado el actor en un módulo de cristal visible para el primer participante, se le colocaban electrodos a través de los cuales el primer voluntario debía enviar corrientes eléctricas al actor, corrientes que supuestamente eran extremadamente dolorosas. Estas corrientes iban aumentando de intensidad, mientras el actor hacía que sentía cada vez más dolor.

Los participantes se iban poniendo nerviosos de ver sufrir al otro, pero seguían obedeciendo al investigador.

Ahora, casi medio siglo después de que se desarrollara este experimento, otro psicólogo de la Santa Clara University , de Estados Unidos, ha descubierto que nada ha cambiado: la gente sigue dispuesta a hacer daño a otros, si se lo ordena una figura autoritaria.

puedes leer el interesante artículo completo de Yaiza Martínez en Tendencias 21

1 comentario:

  1. La bondad no tiene nada que ver con lo que comenta el artículo. Deberías cambiar la palabra "bondad" por "piedad" para que tuviera sentido.

    :)

    ResponderEliminar

No te cortes en escribir comentarios, pero manten las formas.