miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿Por qué debemos tener conocimientos científicos?

Robert M. Hazen
Un artículo original de ActionBioscience.org

Vivimos en una era de constantes descubrimientos científicos, en un mundo moldeado por nuevas tecnologías revolucionarias. Tome, por ejemplo, su periódico favorito. Es muy probable que en los próximos días usted vaya a ver un titular sobre el calentamiento global, clonación, fósiles en meteoritos o sobre alimentos creados por la ingeniería genética. Estos y otros artículos que tratan sobre materiales exóticos, avances médicos, evidencia del ADN y nuevas drogas, se refieren a temas que nos afectan directamente. Como consumidor, como profesional de negocios y como ciudadano, usted deberá forjar sus propias opiniones sobre éstos y sobre otros temas científicos críticos si usted espera participar de lleno en la sociedad moderna.

Los temas científicos y tecnológicos dominan cada vez más el diálogo nacional, desde los debates ambientales sobre la desaparición del ozono y sobre la lluvia ácida hasta las amenazas económicas del cambio climático y de las especies invasivas. El poder comprender estos debates se ha hecho tan básico como el poder leer. Todos los ciudadanos deben tener conocimiento científico para poder:

  • Apreciar al mundo que nos rodea
  • Tomar decisiones personales informadas

Los científicos y los educadores tienen la responsabilidad de darnos a todos los conocimientos de fondo que nos permitan lidiar con los cambios rápidos de hoy y del futuro. ¿Qué es el conocimiento científico? ¿Por qué es importante? ¿Y cómo podemos lograr un nivel adecuado de conocimiento científico en todos los ciudadanos?

¿Qué es el conocimiento científico?

El conocimiento científico es, simplemente, una mezcla de conceptos, historia y filosofía que le permite a uno entender los temas críticos científicos de nuestro tiempo.

  • El conocimiento científico no es el lenguaje especializado, esotérico y lleno de palabras técnicas usado por los expertos. Uno no necesita poder sintetizar nuevas drogas para poder apreciar el valor de los avances médicos. Tampoco uno no necesita poder calcular la órbita de la estación espacial para poder entender su papel en la exploración del espacio.

  • El conocimiento científico está enraizado en los principios científicos generales y en los conocimientos básicos sobre la ciencia. El ciudadano con conocimiento científico posee suficientes datos y vocabulario como para poder comprender el contexto de las noticias o de los sucesos diarios.

Si usted puede entender temas científicos publicados en revistas y periódicos (es decir, si usted puede comprender artículos sobre la ingeniería genética o el agujero en la capa de ozono con la misma facilidad con que usted comprende los temas de deporte, la política o las artes) entonces usted posee un nivel adecuado de conocimiento científico.

Hay que reconocer que esta definición de conocimiento científico no satisface a todo el mundo. Algunos académicos argumentan que la educación científica debe exponer a los estudiantes al rigor matemático o a un vocabulario complejo. Ellos quisieran que todos experimentaran el sabor de la ciencia “verdadera.” Sin embargo, mis colegas y yo creemos vehemente que aquellos que insisten en que todos debemos entender a la ciencia a un nivel profundo están confundiendo dos aspectos importantes pero diferentes del conocimiento científico. Tal y como lo es en otros campos, “hacer” ciencia es obviamente diferente que “usar” ciencia; y el conocimiento científico trata solamente con este segundo concepto.

Sorprendentemente, el estudio intenso de un campo particular de la ciencia no lo hace a uno tener un conocimiento científico adecuado. De hecho, a menudo quedo sorprendido del grado de poca información que algunos científicos profesionales activos tienen sobre campos fuera de su campo específico de experiencia profesional. Una vez le pregunté a un grupo de veinticuatro físicos y geólogos con doctorados que explicaran la diferencia entre el ADN y el ARN, quizás una de los conceptos más básicos de la biología molecular moderna. Me di cuenta de que solo tres colegas podían darme esa definición; sin embargo, estos tres colegas hacían investigación en áreas donde este conocimiento era de utilidad. Probablemente yo podría encontrarme con resultados igualmente descorazonadores si le pido a un grupo de biólogos que me explique la diferencia entre un semiconductor y un superconductor. La educación de científicos profesionales a menudo está tan limitadamente enfocada como en cualquier otro grupo de profesionales, de manera que los científicos tienen la misma probabilidad de ser ignorantes sobre temas fuera de sus especialidades como cualquier otra persona.

Cuando consideramos lo que es el conocimiento científico adecuado, también es útil reconocer lo que no es. A menudo, el conocimiento científico se confunde con el conocimiento tecnológico, el cual se define como la habilidad de manejar instrumentos de uso diario tales como computadoras (ordenadores) y grabadoras de video. El conocimiento tecnológico es importante en muchas áreas del quehacer de la sociedad moderna, pero es diferente de la definición que yo doy sobre el conocimiento científico.

¿Por qué es importante tener conocimiento científico?

¿Por qué nos debe importar que nuestros ciudadanos posean un conocimiento científico adecuado? ¿Por qué nos debe importar nuestra propia comprensión de la ciencia? Los siguientes razonamientos podrían convencerlo de la importancia del conocimiento científico:

  • Provenientes del civismo
  • Provenientes de la estética
  • Provenientes de la coherencia intelectual

La cívica

El primer argumento, proveniente de la cívica, es el mismo que hemos estado utilizando hasta ahora. Todos nos enfrentamos con temas de interés público en donde la discusión requiere ciertos antecedentes científicos, por lo cual todos deberíamos tener cierto grado de conocimiento científico. Nuestro gobierno democrático, el cual apoya a la educación en ciencias, provee financiamiento a la investigación científica básica, maneja los recursos naturales y protege al ambiente, puede verse frustrado por una ciudadanía ignorante en materias de ciencia. Sin una base electoral informada (y sin una legislatura informada científicamente) muchos de nuestros objetivos nacionales fundamentales no podrían ser realizados.

La estética

Los argumentos de la estética son menos concretos, pero están estrechamente relacionados a los principios que se invocan frecuentemente en favor a la educación liberal. Desde este punto de vista, nuestro mundo opera de acuerdo a unas cuantas leyes naturales generales. Todo lo que uno hace, todo lo que une experimenta desde el momento en que uno se despierta en la mañana hasta que uno se va a la cama en la noche, se conforma a esas leyes de la naturaleza. Nuestra visión científica del universo es extremadamente hermosa y elegante y representa un logro supremo de la civilización humana. Uno puede compartir en la satisfacción intelectual y estética que se gana al apreciar la unidad o relación entre un tarro de agua hirviendo en una hornilla y la marcha lenta de los continentes; entre los colores iridiscentes del ala de una mariposa y el comportamiento de los componentes fundamentales de la materia. Una persona sin conocimiento científico está efectivamente aislada de una parte altamente enriquecedora de la vida, tanto como lo está una persona que no puede leer.

Coherencia intelectual

Finalmente, llegamos al tercer argumento: la idea de la coherencia intelectual. Nuestra sociedad está inextricablemente atada a los descubrimientos de la ciencia, tanto que a menudo estos descubrimientos juegan un papel crucial en el clima intelectual de una era. Por ejemplo, el concepto copernicano del universo heliocéntrico jugó un papel importante en la desaparición del pensar anticuado de la Edad Media, abriendo el campo al Siglo de las Luces o Ilustración. De la misma manera, el descubrimiento del mecanismo de la selección natural por Charles Darwin de inmediato hizo más fácil entender a la naturaleza. Y en este siglo, la labor de Freud y el desarrollo de la mecánica cuántica han hecho que nuestro mundo natural parezca, aunque superficialmente, menos racional. En todos estos casos, el tenor general intelectual de los tiempos (lo que los alemanes llaman el Zeitgeist) fue influenciado por los desarrollos científicos. ¿Cómo esperamos apreciar los profundos hilos subyacentes de la vida intelectual de nuestro tiempo sin comprender la ciencia que va con ellos?

El Dr. Robert M. Hazen es un investigador científico del Carnegie Institute del Laboratorio Geofísico de Washington y Profesor Clarence Robinson de Ciencias de la Tierra en la Universidad de George Mason, en el estado de Virginia, EEUU.

1 comentario:

  1. wooooo muchas gracias esta informacion me ayudo muchisimo para mi tarea :D

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