domingo, 8 de marzo de 2009

Una vida feliz

Una vida feliz es sólo aquella que sigue a su propia naturaleza que se puede alcanzar con el alma sana y el cuerpo saludable.

Tiene que ser una vida sin angustias, que se adapte a la época, atenta a las cosas pero sin dejarse llevar por ninguna y dispuesta a disfrutar de la fortuna sin ser su esclavo, alejando a las cosas que perturban.

En lugar de deleites pequeños sentiremos gozo continuado, paz y armonía espiritual y grandeza con mansedumbre.

Es feliz el que es honesto y virtuoso, el que no se derrumba por los cambios desfavorables, el que tiene un alma libre, recta, audaz y estable, que no siente ni ambición ni miedo.

Todo lo demás que viene y se va no aumenta ni disminuyn la felicidad, porque no tiene ningún valor y son placeres que producen dolor.

Nadie puede ser feliz si no transita el camino de la verdad, y está contento con lo que tiene, porque vivir en plenitud se logra con el juicio recto y seguro de la razón.

Muchos son infelices debido a la mala vida, por causa de los placeres mismos que son los que se encuentran generalmente en lugares tenebrosos; en tanto que el bien de la felicidad no conoce el hastío ni el arrepentimiento.

El espíritu recto jamás se odia a si mismo y es constante, mientras el placer al primer impulso se marchita, se extingue, porque nada que cambia tan rápido puede subsistir.

La naturaleza es la que nos guía y la razón es la que observa. El hombre debe confiar en la fuerza de su espíritu y ser el artífice de su propia vida. Deberá mantener sus convicciones y no cambiarlas a la hora de tomar decisiones, obrando en forma generosa y afable.

Los placeres de los sabios son moderados y tranquilos, no vienen por haberlos buscado sino por sí mismos y los que tienen sabiduría los incluyen en su vida como un juego entre las cosas verdaderas.

Frases del artículo "La felicidad para Séneca" de Malena Lede en La Guía 2000

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